Vinexpo es tal como la recordaba, un mundo en si mismo. Gentes de todo el mundo se reúnen tras una idea :compartir. Hay quien busca negocio, hay quien solo desea conocer y disfrutar, hay quien se pierde, y hay quien viene, cata dos vinos y se va intimidado y diciéndose que no es para tanto. Vinexpo es la cita mágica del mundo del vino, miles de expositores se reúnen en unos pocos metros cuadrados con el deseo de conocer y darse a conocer. Grandes bodegas, grandes elaboradores coexisten junto a pequeñas bodegas de unos pocos miles de botellas que comparten stand, o vienen amparados por sus zonas productoras. Stands de fantasía junto a sobrias representaciones de estilo propio, stands sacados de las películas junto a otros que son cuatro maderas ensambladas por el ikea. Todo ello desaparece cuando se descorchan las botellas: llegas y encuentras el stand genérico de Burdeos,Rhone,Caors… y catas cien, botellas mejores y peores en sucesión, al final te vas un poco contentillo y como perro viejo sacas un chusco de pan y lo trasiegas mientras apuntas y recuerdas los más sobresalientes, pero lo más importante es que has conseguido una visión general de la zona; algo que te hubiera costado largos días de estudio y decisión y no pocos cuartos se liquida en unas horas, atención y esfuerzo, y el coste del viaje por supuesto. Y así se van sucediendo los días , las catas , y ninguna es igual, y todos lo vinos que catas son diferentes y las etiquetas te hablan del esfuerzo del viticultor, mucho diseño? Poco corazón? Snob? Frívola? Añeja? Cientos de combinaciones y permutaciones toamdas de infinitas maneras. Una amalgama de colores, colores y sabores representativos de todos los puntos del globo.
A lo largo de estos veintiséis años de profesión he disfrutado de muchas vinexpos, las del comienzo donde todos los minutos eran pocos y que terminaban en San Sebastián, Saint Tropez, Paris, Montecarlo o Roma varios días después de terminada la Cita, y con algunas citas más a cuestas. Las dedicadas a visitar los chateaux donde las cenas de gala después del día de catas era toda una puesta en escena. Glamour, refinamiento, comida francesa y vino, mucho vino. Siempre me he preguntado si los guardas de trafico de Francia son más permisivos con los visitantes en estas fechas y no hacen controles de alcoholemia; hospitalidad tal vez ?
Para mi esta ha sido la vinexpo de los dulces y los tintos, todos las zonas productoras del mundo donde había un dulce interesante hay me presenté. También los rodanos, borgoñas, supertoscano, australiano, californianos y siempre los Burdeos.
Vinexpo es inabarcable, simplemente no puedes catar todo lo que te interesa , es como llegar a una gran biblioteca , puedes mirar los libros , tocarlos incluso, pero no puedes leerlos todos, así que elijes lo que más te interesa y a disfrutar, aprender e interiorizar mucho.
Yo vengo a Vinexpo para seleccionar vinos para la vinatería Yáñez ,por supuesto, y nuestra tienda se nutre por dos años con todas estas experiencias , fichas de cata y ocurrencias y vinos. Comencé a venir y aún lo hago, por nuestra tienda pero hoy me doy cuenta que mucho de lo que he llegado a aprender en el mundo del vino se lo debo a estas macrocatas, a estas experiencias, a estos encuentros informales y formales. Muchos vinos no me dijeron nada , otros se abrieron ante mí y sigo recordándolos con afecto, los más desaparecieron sin más ,algunos perduran y forman parte de una experiencia muy intima, son los vinos que yo quiero hacer: son vinos que cuentan una historia y que recuerdas, son vinos de los que hablas con pasión y que cuando tienes la suerte de abrir una botella esperas el momento como esperabas tu primer beso. Esos son los vinos que yo quiero hacer, y todos nacen de estas experiencias en torno al vino ya hecho , ya puesto en una botella y que se descorcha, se escancia y se disfruta escuchando su propio idioma, su propia cadencia ,su especial manera de explicar el origen de su vida, su nacimiento y su compartir, pues los vinos ,son los vinos que van a parar a la copa que es el morir, y allí los señoríos ,los que viven por sus manos y los ricos. El vino, los vinos, un movimiento de disfrute y de vida.
Bebe y vive querida amiga , respetado amigo
Bebe y vive.
Ciriaco Yáñez
Después de un sinfín de innumerables copas de vino.