este es uno de los libros sobre los cuales no mantenemos los derechos de reproducción. En algún momento podremos reimprimirlo como aperitivo aqui os dejamos el prologo

LA MESA DEL TALLER Ciriaco Yáñez

Mi padre es un gran cocinero emocional. Una persona que es capaz de cocinar sin técnica, solo con el corazón y un deseo: que sus amigos estén muy felices.

Cuando iba a ayudar al Humide Rincón siempre me percataba de la comunión que las gentes que allí comían, estaban compartiendo. Muchas veces había magia, llegaban clientes se iban amigos. Yo, desde la cocina, fregando cacharros, cortando pan, limpiando la cocina, escuchaba las historias de todas esas gentes entre risas y veras. Tenía siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce años. A los catorce años me hice cargo de la vinatería que mi padre tenía al lado del Humilde y entre los horarios de clase nocturna y el propio de la vinatería de lunes a sábado por la noche, perdí ese contacto con las recetas, con la alegría de comer con amigos. Me fui formando en el mundo del vino y ya veinteañero me dí cuenta que para mi el vino era para consumirlo con moderación , sin eludir cuatro o cuarenta copas con amigos y algún exceso ocasional, para que negarlo, y además para compartirlo con buenos amigos…comiendo. Así que volví a entrar en la cocina de mi padre para seguir fregando pucheros, cortando mil y una verduras de su propio huerto ecológico, fui acompañándolo a comprar como cuando era niño ,ahora con ojos de niño un poco más mayor.

Las recetas de mi padre siempre eran profundas, contundentes, no entendían de fintas sino de satisfacción. La salsa de jamón para las cigalas tenía jamón y cigalas de palmo , el caviar era triple cero, el queso se afinaba durante meses en la cámara, los huevos fritos estaban trufados con tartufo blanco. Mi padre solo empleaba lo que le satisfacía y las recetas siempre eran diferentes, abría la nevera y combinaba con gran gusto. Los solomillos bridados, la merluza al cava, la boullabaise, el salmón en ensalada, los marinos rellenos de trufa y nata, los mantecados elaborados a mano…tantas recetas.

Hace como unos veinte años me decidí a poner en común mis dos pasiones comer y beber y, en el primer taller de cata, al ladito de la vinatería, hacíamos unas cenas maridadas que entonces fueron novedad novedosa.

Mi querido amigo Carlos Sancho de la empresa Office Hogar creó para mi una cocina vista donde elaboraba los platos y los servía. Aunque el protagonista indiscutible era el vino. Hasta doce vinos se tomaban en cada cena.

Los platos que hacía tenían el inconfundible estilo de mi padre :las cabezadas de lomo con mostaza,

Aquel primer taller empezó a desarrollar los vinos yañez, a colaborar en medios de comunicación y por la invitación de mi querido amigo Jaime Fontán me llegó la oportunidad de hacer un program de televisión de cocina y de entrevistas. Fue una época estupenda con grandes amigos que me enseñaron mucho y también de aprendizaje autodidacta visitando restaurantes de todo el mundo y conociendo grandes chefs como Luis Irizar o Xesco Bueno. Poco a poco los cuatrocientos programas de televisión fueron dejando su poso y aprendí a cocinar de otra manera. Una Manera, no mejor , solo más técnica.

Cuando decidí tomarme un año sabático para viajar por el mundo y conocer otras costumbres, otras cocinas no sabía hasta que punto esas experiencias iban a cambiar mi concepción de la cocina, de hacer comida para compartir.

LA cocina francesa con todo lo que conlleva, la cocina italiana con ese dundo calido de la mammma, la cocina centroeuropea con es a contundencia casi apabullante,la cocina africana con el ruido y el bullicio que disfraza todo, la cocina mejicana con esa chispa que quema y refresca a la par, la cocina del caribe reminiscencia de otro tiempo, la cocina norteamericana con lo bueno, lo mejor y …lo normal, la cocina asiática. Caspita¡¡¡ la cocina asiática. Las seis escuelas en China que cuentan la historia de la sofisticación con esa profusión de platos que rebosan la mesa. La cocina imperial de Corea, chico, chico que lujo¡ La cocina japonesa en general y la cocina de Kyoto y Osaka en particular. Vietnam, Laos y Camboya próximas en tantos conceptos y diferentes en tantas cosas.

Al regresar al mundanal ruido, dos años después, el viejo taller había caído bajo la piqueta de la fiebre inmobiliaria, y mi padre estaba pensando en su retirada. Durante un año el Humilde fue mi taller, el sitio perfecto, veinte personas, pequeña cocina que le pedí a Carlos Sancho que reformase. Fue un año genial, con miles de platos en continua evolución, nuestros vinos nuevos expresándose en la diminuta barra. Momento determinante para mi pues mi cocina se hizo bullí total, pequeñas porciones, menús largos y cada vez más complejos. Un momento estupendo. Al retirarse mi padre el viejo local no podía soportar la reforma que el ayuntamiento nos exigía y se cerró tras treinta años de dar comidas con corazón.

Como soy persistente buscamos otro espacio en la inmediaciones de la vinatería y con gran fortuna conseguimos y pequeño local donde reunirnos, donde comer m beber, hablar con amigos. Un espacio donde pintar, cocinar y dar a conocer mis vinos. Había nacido el Taller.

Mi querido amigo Carlos Sancho, hijo de Antonio ( el diseñador de la cocina del primer taller ) , se pudo manos a la obra para crear una cocina que reuniese todas las experiencias de estos veinte años y también los mejores materiales que su empresa, Office Hogar podía encontrar. Carlos seleccionó a firmas italianas como Salvarani Cucine y Arrital Cucine, a Mármol compac, a Kitcheaid, a Hoover, a Bra, a Sescun ( cuyo gerente y amigo Javier nos hizo una selección de piezas con diseño y calidad ) como nuestros socios en este proyecto de divulgación y al poco tiempo de patrocinadores pasaron a amigos. Un estupendo viaje.

Y aquí estamos, en la vinatería Yáñez vendemos vinos de todo el mundo y, especialmente los nuestros, en el Taller ofrecemos conferencias, catas, degustaciones, maridajes…Todo lo que tenga que ver con la comida y el vino.

Se nos ha ocurrido a Carlos y a mi mismo recopilar las recetas que voy creando y que se disfrutan en nuestra mesa, explicarlas y comentar de donde vienen, de que parte surgen que emociones recuerdan y provocan.

Así la mesa del taller nace y se desarrolla de la mano de este su seguro servidor, mientras llegan clientes y se van amigos. Ese el objetivo de toda nuestra trayectoria.

Pequeño protocolo

de andar por casa

El secreto de un ágape en

casa radica en la compatibi

-

lidad de los invitados, cual

-

quier velada puede quedar

empañada por el más mínimo

roce o encontronazo entre los

asistentes. Así pues, debemos

poner el mayor empeño en la

elección de las personas con las

que deseamos compartir mesa

y mantel.

Debemos procurar no

apabullarlos con excesivas

atenciones, proporcionándoles

comodidad y confort sin ser rei

-

terativos ni caer en atenciones

obsequiosas de las que tanto

denigraba Larra. Algo importante es evitar los momentos de

silencio, las incomunicaciones,

el distanciamiento, la falta

de motivos para conversar. El

grupo debe ser homogéneo

cultural y socialmente, con

diferentes inquietudes aunque

no divergentes, así se producirá

un agradable intercambio de

puntos de vista y opiniones que

el anfitrión debe conducir para

evitar las personas aisladas o

no participativas. Y evitar los

temas de trabajo...

La invitación podemos ha

-

cerla de viva voz o mediante

tarjeta, con una antelación

de quince días; en el caso

del correo, comprobar que

efectivamente el destinatario

ha recibido la tarjeta. En la

misma indicaremos el tipo de

reunión, informal, de etiqueta,

de disfraces... También el resto

de los invitados y la compañía

con la que (discretamente) van

a acudir, el cumplimiento de

este punto evitará suspicacias

y malos entendidos desde un

principio. La posición de los in

-

vitados que tan fútil nos parece,

puede generar enfados y desa

-

zones sin cuento si no prestamos

atención a la categoría que

nosotros atribuimos a nuestros

invitados y la que cada uno se

atribuye a sí mismo. Debemos

tener en cuenta, además, la

natural tendencia verbal de las

personas e intercalar espíritus

beligerantes entre apocados o

pacientes contertulios. No obs

-

tante la validez de las reglas de

protocolo, no debemos tomar

las que a continuación citare

-

mos tan rígidamente que se

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Breve diccionario sobre términos

que califican las características

de los vinos

A

Acerbo.- Vino a la vez áspero

y ácido. Muy duro al paladar.

Agresivo.- Vino con aroma

y sabor penetrante y desagradable. Vino sumamente ácido

y astringente.

Ahilado.- Vino enfermo que,

al cambiarlo de un recipiente

a otro, el chorro presenta un

aspecto de hilo. También se

denomina sordo, ya que en este

movimiento apenas se produce

ruido.

Alegre.- Vino ligero, fresco,

fácil de tomar, con buen paso

de boca y sin complejidad de

aromas.

Amargoso.- Sabor amargo

ligero y agradable. Si un calificativo de amargo implica

defecto, amargoso en algunas

ocasiones es virtud.

Amplio.- Vino completo, lleno, prolijo en matices resaltan

de una manera ostensible.

Ardiente.- Vino que provoca

una sensación pseudotérmica en

la boca, causada por el efecto

deshidratante del excesivo

alcohol que contiene.

Arista.- Sensación desentonante en el aroma o en el paso

de boca de un vino, de baja

intensidad pero suficiente para

perturbar su equilibrio.

Armónico.- Vino con una

gran conjunción y perfecto equilibrio en todos sus caracteres.

Máxima expresión de calidad

de un vino.

Aspero.- Vino de marcada

astringencia causada por exceso

de taninos o de componentes

herbáceos procedentes del

raspón, de las pepitas o de los

hollejos.

Aterciopelado.- Término

utilizado para definir un vino

noble, suave y fino a la vez.

B

Balsámico.- Sensación que

forma parte del bouquet de

vinos de gran crianza. Son

aromas penetrantes y que dan

sensación de frescura.

Brillante.- Vino que al trasluz

se presenta completamente

limpio y transparente. Situado

bajo la luz parece brillar con

luminosidad propia.

C

Carácter.- Personalidad o

singularidad de un vino. Con

carácter: se aplica a los vinos

que ejercen una viva y grata

impresión. También se interpreta

como estilo o rasgo que identifica

a un vino o grupo de vinos.

produzca la anterior situación

de situar a personas poco afines

próximas.

Primera excepción: las reglas sí deben ser rígidas si hay

un invitado de honor. En este

caso ocupará la presidencia con

la anfitriona a su derecha, frente al anfitrión, con la pareja del

homenajeado a su derecha; el

resto se alternarán de acuerdo

a su edad o rango. En el caso,

más habitual de no contar con

una personalidad, se sentarán

los anfitriones frente a frente,

a la inglesa o a la francesa.

El resto de los comensales,

buscando la afinidad, siempre

alternando parejas. Para ello

hace falta mucha imaginación

con el objeto de evitar controversias y veladas faltas de

interés o monótonas.

Algo más concreto:

El anfitrión de espaldas a la

pared. Es más sencillo y vivaz

colocar una mesa rectangular

con los anfitriones enfrente, a

la francesa. Sitios de honor: la

cabecera, frente a la puerta,

la persona que se sienta a la

derecha del anfitrión se distingue especialmente. La mesa

redonda evita tener que hacer

distingos alejando a algún invitado del anfitrión. Hay que dar

preferencia al comensal extranjero o extraño. Los matrimonios,

separados, pero en el mismo

lado de la mesa. Si son novios

o recién casados, no. Si alternando los invitados quedasen

dos hombres o mujeres juntos,

la anfitriona se desplazará. Si

recibe un hombre o mujer sin

pareja, enfrente colocará a la

mujer de mayor rango o edad

(?). Si no se tiene muy claro el

rango o categoría atribuible a

los invitados o no se quiere distinguir especialmente a nadie,

demos preferencia a la edad.

Y nunca preguntar dónde se

quiere sentar cada cual, todo

ha estado perfectamente pensado y planeado y cada uno se

sentará donde usted diga.

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Carnoso.- Vino con cuerpo

bien conjuntado que produce

una amplia impresión física en

la boca.

Complejo.- Vino que ofrece

una amplia gama de sensaciones, tanto en boca como en nariz

y en vía retronasal.

Corto.- Vino con caracteres

aromáticos o gustativos fugaces

o poco intensos.

Cuerpo.- Sensación de consistencia del vino en la boca.

Extracto seco del vino. Es una

cualidad apreciada en los grandes vinos.

D

Desvaído.- Vino que ofrece

muy baja intensidad en sus sensaciones por excesiva exposición

a la influencia del aire. Se aplica

al color, al aroma y al sabor.

Duro.- Vino con marcada

acidez y astringencia.

E

Elegante.- Vino equilibrado

y con delicadas y sugerentes

sensaciones en nariz y boca.

Especiado.- Calificativo que

se aplica al aroma (directo o

por vía retronasal) de un vino,

generalmente de larga crianza

en madera y botella, en el

que se aprecian sensaciones o

recuerdos de especias (clavo,

pimienta, canela, etc).

F

Floral.- Calificativo aplicado a los aromas primarios de

algunos vinos que recuerdan al

perfume de flores (rosa, violeta,

etc.). Sinónimo: a flores.

Fragancia.- Aroma de gran

intensidad y muy persistente.

Fresco.- Vino con adecuada

acidez para su tipo, por lo que

produce sensación de frescura

en la boca. Sensación característica de los vinos jóvenes de

calidad.

Frutal.- Vino delicado que

recuerda a diferentes aromas de

plantas, al aroma propio de la

uva con que ha sido elaborado

o al de algunas otras frutas.

Vino con predominio de aromas

primarios.

I

Irisaciones.- Reflejos o destellos de algunos matices más

o menos afines en el color de

un vino.

L

Lácteos.- Aromas terciarios

presentes en vinos de crianza

de alta calidad; recuerdan a los

aromas delicados de productos

lácteos.

Lágrimas.- Huellas formadas

en la pared de la copa, en forma

de gotas que caen lentamente,

después de humedecida ésta

con vinos ricos en alcohol y

glicerina. Sinónimos: cortinas,

piernas.

Limpio.- Vino de aspecto transparente, sin materias sólidas en

suspensión, bien presentado. Aplicado a la fase olfativa y gustativa,

define a un vino con sensaciones

positivas nítidas y sin defectos,

aunque muchas veces se aplica

a vinos sin olores extraños.

M

Maderizado.- Sinónimo de

pasado en gusto a roble. El

término proviene de los aromas

típicos de los vinos de Madeira,

que tienen un elevado grado

de oxidación. Salvo en el caso

de algunos vinos especiales, es

un defecto grave. El término

se aplica también a vinos muy

oxidados que en nariz evocan

sensaciones de madera aunque

no hayan estado en contacto

con ella.

P

Pasado.- Vino que durante su

almacenaje o durante su crianza

ha superado el nivel idóneo de

conservación, encontrándose

en una fase de pérdida de

atributos que desembocará en

la decrepitud.

Pimienta.- Aroma que aparece en algunos vinos de

crianza.

Pimiento.- Componente aromático primario de algunas

variedades de uva, como la tinta

Cabernet-Sauvignon.

Pleno.- Vino muy amplio de

sabores y con adecuada estructura. Vino que colma la boca.

Punzante.- Aroma intenso y

volátil propio de los vinos con

crianza en flor. Sinónimo: con

punta. La ausencia de esta sensación (vino romo o sin punta)

es un importante defecto.

R

Redondo.- Vino cuyos componentes están en armonía,

sin destacar ninguno de ellos.

Sinónimos: equilibrado, sin

aristas.

Retrogusto.- Conjunto de

sensaciones que deja un vino

después de ingerido. Sinónimo:

dejo.

Retronasal.- Aromas percibidos cuando el vino se encuentra

en la boca o después de ser

tragado. Se deben a la impresión en el sentido del olfato de

moléculas volátiles del vino que

alcanzan el centro olfativo a través del conducto nasofaríngeo.

Sinónimo: vía retronasal.

Robusto.- Vino de alta graduación natural y bien dotado

de cuerpo.

S

Sabor.- Cada una de las

cuatro apreciaciones percibidas

por el sentido del gusto. Sabor

dulce: apreciable en la punta de

la lengua. Sabor ácido: apreciable en los laterales de la lengua.

Sabor salado: apreciable en

la zona anterior de la lengua.

Sabor amargo: apreciable en

la parte más profunda de la

lengua.

Sedoso.- Vino de gran suavidad en el paso de boca.

Suave.- Vino agradable de

beber por no producir ninguna

acción agresiva en su paso por

la boca. La suavidad está relacionada con la justa proporción

de polifenoles, el contenido de

glicerina, la acidez y los azúcares residuales.

T

Tabaco.- Evocación aprecia-

ble en los aromas de algunos

grandes vinos de crianza.

Tranquilo.- Vino sin presencia

aparente de carbónico.

V

Vacío.- Vino que no produce

sensaciones. Pobre en cuerpo,

aroma y sabores. Se aplica al

conjunto pero también a alguna

de sus fases en particular (vacío

en nariz o vacío en boca).

Verdor.- Sensación olfativa

y gustativa desagradable que

recuerda partes herbáceas de

la vid (hoja, pámpano, raspón

verde, etc.), propio de vinos

procedentes de uvas con maduración incompleta.

Vinoso.- Vino de alta graduación, pesado en la nariz y denso

en la boca. Carácter olfativo de

un vino en el que predominan

aromas secundarios bastos y

vulgares, como consecuencia

de una fermentación poco

cuidada.

Vivo.- Vino de aspecto brillante, que parece emitir luz

propia. Vino bien armado, con

carácter juvenil en boca, aunque

se trate de un vino con crianza,

susceptible de evolucionar favorablemente en la botella.

Breve glosario

de términos usados en la cocina

Aderezar: Condimentar.

Preparar para la presentación

en la mesa.

Adobar: Dejar reposar en

una preparación basada en

hierbas aromáticas, especias,

condimentos, vinos, aceites,

vinagres. El objeto es lograr

que la carne se impregne y se

ablande. Fundamental en las

carnes de caza.

Armar: Preparar un ave

para asar. El objeto es mantener la forma Desleír: Diluir

harina, gelatina, huevo, en caldo o agua para que no forme

grumos.

Escabeche: Marinada de

vinagre y plantas aromáticas

para la elaboración de pescados o carnes blancas.

Macerar: Para aromatizar

y ablandar carnes y pescados.

Adobar.

Marinar: Macerar. Adobar.

Rehogar: Muy habitual.

Freír los componentes de la

comida a fuego lento para impregnarlos del conjunto, hasta

que toman color.

Salpimentar: Poner sal y

pimienta como paso previo al

guiso.

Saltear: Dorar en aceite a

fuego vivo, poco rato.

Sofreír: Freír superficialmente.

Conclusión

Al final sólo queda el criterio, bueno, malo o regular, de

cada uno. Por todo ello, pruebe, cate, deguste, disfrute... Según

sus gustos, inquietudes, ánimos, interés...

Piense sus pensamientos, elabore sus comidas, elija

sus amigos. Cree sus actividades con espíritu abierto y

tolerante, huya de dirigismos, líderes de opinión y demás

autoridades.

Opine, tenga criterio, bueno, malo o regular.

“Carpe Diem”